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HACIENDO C Y T CONICET BAHÍA BLANCA NÚMERO V
Figura 2: Puerto Deseado en dos etapas. Izquierda: ilustración holandesa de 1670. Derecha: Mapa español de 1760, donde se aprecian deta-
lles de profundidades y rumbos (líneas que marcan enflamientos a puertos), muy carentes para el resto de los mapas de la costa patagónica.
se trataba de brindar información inexacta a fin de con- la época muy precisa y detallada pero, con excepción del
fundir a las potencias enemigas. Se cita como ejemplo, sector austral de Santa Cruz, aún se continuaba con in-
la presencia del río Camarones, en el centro del Chubut, formación incompleta y confusa para las costas patagó-
el cual fue cartografiado con detalle durante trecientos nicas. En este contexto, como parte de uno de sus viajes
años, a pesar de que nunca existió. No obstante, tam- alrededor del globo, en 1777 James Cook hace un releva-
8 bién se procuraba simular las áreas de desconocimiento miento de las costas de Santa Cruz conteniendo los pri-
geográfico sobreponiendo a los mapas grandes ilustra- meros datos de profundidad de ese sector (figura 4).
ciones ficticias en espacios carentes de información. Por
otra parte, esta modalidad le sumaba valor agregado,
pues una de las funciones del arte cartográfico consistía
también en darle un alto valor a los mapas impresos.
LA BÚSQUEDA DE NUEVOS RECURSOS
La Revolución Industrial de fines del siglo XVIII ge-
neró un gran cambio sobre la función de las colonias.
La búsqueda se orientó a los recursos que se podían
transformar en materias primas para la industria. De
esta manera, no solo las praderas, estepas y bosques
comenzaron a tener relevancia en el nuevo orden
global, también tomaron relevancia las especies de
fauna costera y marina, con abundante materia pri-
ma para la industria aceitera. A su vez, los procesos
industriales desarrollaron instrumentos más pre-
cisos, como cronómetros marinos y sextantes más
exactos para orientarse ubicando astros que facilita-
ron los relevamientos geográficos.
Uno de los mapas que marca la transición entre aquellos
de información errónea e imágenes artísticas, con los
de información relevante para la metrópolis, fue el de
Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, de 1775 (figura 3). Este
cartografió la totalidad de Sudamérica, donde la porción Figura 3: Cano y Olmedilla (Hondius, 1775). Mapa de transición
correspondiente al centro-norte de Sudamérica fue para entre los de valor artístico y los de información práctica.
