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> EDITORIAL
Comunicar Ciencia:

ese placentero ejercicio

a comunicación pública de la ciencia es impres- Además de ser un deber hacia los ciudadanos, divulgar
cindible para que los ciudadanos accedan a los ciencia es un verdadero placer que el científico puede
Lconocimientos a medida que se generan, de experimentar desde sus inicios como becario. Nada
modo que esos conocimientos puedan ser útiles en más reconfortante que comunicar los avances en el
la resolución de problemas o en procesos de toma de campo que cada uno haya elegido y que se ha trans-
decisiones, o una herramienta para ampliar nuestra formado en su pasión (porque eso debería ser nuestro
capacidad crítica. En una sociedad como la nuestra, tema de estudio, aquello que nos apasiona).
en la que la investigación depende mayoritariamente
del Estado y es financiada a través de los impuestos Sin embargo no es una tarea fácil comunicar ciencia
que sostienen el quehacer de universidades e institu- al lector no-científico. Al disponernos a escribir o rea-
tos de ciencia y técnica, los investigadores deberían lizar una actividad de encuentro ciencia-sociedad es 1
comprometerse firmemente en esa tarea, ya sea co- necesario reformular los contenidos científicos, utilizar
laborando con el periodismo especializado o a título un lenguaje simple y al mismo tiempo preciso, pero
personal, generando sus propios artículos de divulga- evitando términos técnicos, ponerse en la piel del no ex-
ción, como una forma de retribuir a la sociedad parte perto . Focalizarse en un tema para comunicar un men-
de su esfuerzo económico, aun cuando la divulgación saje claro que tenga sentido en la vida cotidiana, una
no reciba el merecido reconocimiento en los sistemas conclusión que permita al lector comprender mejor a
de evaluación científica-académica. su ambiente y entorno social. Comunicar novedades y
la importancia de una temática es la mejor manera de
despertar el interés del lector, pero además es necesario
estimular su imaginación resaltando los resultados de
la investigación y sus aspectos positivos para mejorar
nuestra calidad de vida o cuidar nuestro entorno, per-
mitiendo que se sienta parte del quehacer científico.

Si bien puede parecer difícil al principio, divulgar
ciencia se vuelve una tarea placentera y convierte al
científico en un relator fascinante, como lo han sido
Albert Einstein y Carl Sagan, entre muchos otros. Es-
peramos que nuestra revista HACIENDO CyT , además
de acercar las investigaciones desarrolladas en el
ámbito del CONICET Bahía Blanca a nuestros lectores,
sea también un puntapié para despertar vocaciones
por la comunicación pública de la ciencia en nuestra
comunidad científica.

Dra. Mónica Poverene
Editora Asociada HACIENDO CyT